sábado, 1 de noviembre de 2014

Se esfuma una medalla, pero hay opciones

La ausencia del velocista capitalino Alonso Edward en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz es el golpe nocivo más certero que podría dársele a nuestra real posibilidad de obtener una presea dorada en esa competición.

Tras su brillante participación en la Liga de Diamante y en otras competiciones de alto nivel del atletismo internacional en 2014, Edward se convirtió en la mayor esperanza istmeña en los Juegos de Veracruz de escuchar las glorias notas de nuestro himno nacional.

No obstante, también hay que pensar en la salud del atleta. Y no lo digo por la supuesta lesión que pudiera tener sino en el hecho de que Edward ha bregado muy duro para lograr objetivos importantes en su carrera deportiva que, sin lugar a dudas, ha logrado cumplir algunos de ellos este año.

Edward es un profesional del atletismo y, por ello, tiene metas mucho más allá que una presea en Veracruz.

En esa línea, sus objetivos podrían estar dirigidos hacia los Panamericanos, si es que no chocan con su cartera de competición, y definitivamente que los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en materia de actividad regional. Lo demás va por añadidura.

Si esto es criticable o no, está en cada uno pensar lo que desee.

En mi opinión, tiene todo el derecho de dirigir su destino como mejor le parezca, pero hay una cosa cierta. Y es que cada atleta que recibe una ayuda económica por parte del Estado; es decir, dinero de los impuestos que pagan los panameños, está en la obligación de cumplir con una agenda de actividades.

En este sentido, debe participar en las competiciones regionales porque para ello se le concede un subsidio económico.

Ahora bien, creo que a ninguno de ellos se les ha hecho firmar una carta de compriso en esa dirección, más allá del compromiso que se abroga el gobierno a través de Pandeportes de brindarles ese apoyo económico.

Esa situación ya se vivió con el hoy retirado saltador Irving Saladino, quien solamente participó en competiciones regionales (Juegos Centroamericanos, Juegos Sudamericanos) para calibrar su potencial tras una lesión, después de que obtuviera el título mundial y luego el de campeón olímpico.

Pero sigue habiendo alternativas. Edward está en todo su derecho de no asistir a Veracruz, para salvaguardar su integridad física y porque merece un descanso.

Ahora, esta situación no lo inhabilita para que se le organice en Panamá un encuentro técnico con entrenadores y atletas para que brinde sus conocimientos y experencias, que sin duda tiene de sobra.

Es el mismo caso de Saladino, quien hasta ahora no conozco de alguna iniciativa dirigida hacia el mismo asunto con los técnicos y atletas locales.

En síntesis, es muy probable que hayamos perdido una medalla dorada en el puerto mexicano de Veracruz, pero no puede pasar lo mismo con nuestra inversión. Así es que, más temprano que tarde, a calzarle los zapatos y gafas de docentes a Edward y Saladino y que salgan a enseñar, que mucho falta que hace.

miércoles, 20 de agosto de 2014

El Loco que abarrotó la Arena

Revisaba un cuaderno de apuntes en forma rápida, mientras esperaba el Metro en la estación de San Miguelito, cuando mis ojos tropezaron con un nombre de Ricardo “Loco Loco” Bennett.

Vea usted, pensé. En forma inexplicable, había puesto el nombre de uno de los boxeadores más excitantes que tuvo el boxeo istmeño, entre las década 70 y 80, en unos apuntes que trataba otro tema.

La verdad es que, en ese momento, no quise abusar de mi memoria para explicarme la situación. Primero no estaba en el lugar adecuado, y segundo, porque a los pichón de investigadores a veces nos suele ocurrir. Con ello, trato de cumplir con la premisa de uno de mis profesores de periodismo, que aconsejaba escribir rápidamente y donde fuere, las ideas que se nos ocurrían de manera inmediata, porque era muy probable que más tarde no lo íbamos a recordar.

Hablando de memoria. Los casi diez minutos que demoró el Metro en cubrir la ruta de St. Michael Jr. a la estación de la Virgen del Carmen, en Vía España, fueron más que suficientes para recordar al amigo Ricardo Bennett.

¡Qué tiempos aquellos! Jamás el boxeo panameño volverá a vivir una época como las que tuvo en esas dos décadas.

Es cierto, hubo otras muy buenas, con púgiles de gran cartel y que con solo mencionar sus nombres, se escuchaban exclamaciones de admiración. Pero, ¿veinte años de “mongo y más mongo”, con calidad de exportación? No.

Bueno, de esa época es el afamado Bennett.

El otrora “Loco Loco” es el púgil que más público ha llevado hasta ahora  al  coliseo de la Calle Sexta (Arena de Colón), cuando a finales de los años 70 enfrentó al "Toro” Ulises Morales.

En una ocasión en que visitamos la Arena de Colón, coincidimos con Ricardo y recordó esa noche y, por cierto, se ufanó de ser el “hombre récord” del boxeo colonense.

Palabras más, palabras menos, recordó esa noche, aunque no creo que hayamos hablado del resultado de la pelea, que perdió por decisión frente al corajudo púgil capitalino.

- “Estaba consciente de que estábamos rompiendo un récord esa noche en la Arena”, me dijo.

- Espera un momento, le interrumpí. ¿Cómo es posible que supieras, si no fue hasta que terminó la cartilla en que se conoció cuántas personas entraron a la Arena?, lo cuestioné.

- “Porque cuando iba saliendo de los camerinos sentí ese fogaje que había afuera, y pensé: es un lleno completo”, me respondió mirando fijamente.

¿Guat? No le creí, pero en ese momento solamente sonreí y guardé silencio.

- ¿Crees que fuiste uno de los mejores boxeadores de Panamá?, le pregunté.

- "La verdad es que sí. Sé que no llegué a campeón mundial, pero me fajé con los grandes y ganando o perdiendo, siempre defendí la plata de los apostadores", me dijo muy convencido.

- ¿Te acuerdas la pelea que hice con el (Aquilino) "Dimar" Asprilla?, me preguntó. "Qué peleón y aunque perdí, me fajé como los buenos y estuve a punto de ganar", me dijo.

Sí, realmente el Loco Loco Bennett fue uno de los grandes del boxeo istmeño.

¿Qué no ganó titulo mundial alguno? Es cierto, pero les aseguro que tuvo mucha más categorías, agallas y clase, que algunos de los que sí lo lograron.

El viaje en el Metro lo percibí largo o ¿corto? Eso no es importante,. Lo fue el hecho de que tuve la oportunidad de acordarme de mi amigo Bennett.


viernes, 8 de agosto de 2014

Doña Chefa y los empujones en el Metro

¡Carajo! La expresión fue contundente. Tanto fue su efecto, que la chiquilla uniformada que escuchaba una estruendosa música desde su celular Android (¿o era Iphone?) se quitó los auriculares del oído para saber lo que pasaba.

La verdad es que yo también puse atención a lo que ocurría. Como estaba a unos pasos de la señora que había soltado la expresión, pude escuchar parte de su monólogo cuasi enojado que le dirigía a....nadie en particular y, quizás, a todos los que estábamos cerca de ella en el amontonado Metro.

"No es suficiente tener que compartir olores, pisadas, sino que también quieren sacarlo a uno del poste", mascullaba la pequeña señora, aunque algo robusta, que me dio un aire a la "abue Chefa" de la Calle 6. Llegué a entender lo que acontecía en la siguiente estación donde se detuvo el moderno "Caballo de hierro".

El Metro estaba rebosante de gente, pero mucho más la estación donde se detuvo. El "apretujón" que se registró para salir solamente fue comparable con el que se dio para entrar. No importa que el Metro esté pasando cada cuatro o cinco minutos, los usuarios quieren irse en "ése" precisamente. Fue entonces que verdaderamente se formó el "revolcón" que pregonaba don Salvador.

"Vuelve la vaina", volvió a vociferar doña Chefa (bueno, la verdad es que jamás supe como se llamaba). En esta ocasión, ya estaba muy cercano a ella. El asunto, aparentemente, no eran los empellones, los intercambios de humores, los incómodos bolsos de las damas, etc., etc. No, el asunto era otro. "Doña Chefa" se aferraba, como si fuera una tabla de salvación, al tubo de metal que estaba en medio del pasillo.

Algunos de los tubos, para quienes jamás se han transportado en el Metro, no son de una sola pieza como las que usan las vedettes del "table dance" sino que se dividen en tres partes para dar oportunidad a que una mayor cantidad de personas puedan sujetarse. La vaina es que la operación de desalojo, primero, y luego de entrada de los usuarios es digna de una película, donde el pánico y  el "corre corre" son los principales ingredientes.

Doña Chefa tenía su mano enrojecida de la fuerza con que sujetaba el tubo y la verdad es que si no hubiera sido por ello, el mar de gente que se movió a su alrededor en esos pocos segundos, la hubieran llevado, tal vez, hasta "pisar lona". Pero, por suerte, las cosas no pasaron a mayores.

¡Vea!. Tenía toda la intención de hablarles hoy sobre la despedida de las pistas del "Canguro" Irving Saladino, debido a que jamás pudo recuperarse de una lesión en una de sus rodillas, pero me entretuve con doña Chefa.

 Y es que la noticia se dio precisamente en medio de los "apretujones" en el Metro.

Bueno será en otro momento. Por suerte, esta herramienta digital es igualitica que el papel, lo aguanta todo.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Que tengas suerte, Ñato Brizuela

Ayer me enteré de la muerte del Ñato Brizuela. Bueno, ayer me enteré, pero en realidad su fallecimiento se registró hace un par de años aproximadamente. Coincidí en el Metro con un amigo en común y me comentó sobre su deceso; fue encontrado desmayado una mañana en una de las bancas del viejo parque de Santa Ana, pero en realidad había dejado de existir.

Conocimos al Ñato Brizuela cuando aún existía el gimnasio de El Marañón, en el lugar donde hoy queda el Mercado del Marisco. Era un viejo simpaticón, que vendía pendejaditas en las calles cercanas al Barrio Chino y entre las once de la mañana y las 12.30 de la tarde se "arrimaba" a ver los entrenamientos en el viejo hangar.

Un día se me acercó y después de intercambiar saludos, me dijo. "Carajo, cómo esta muchachada de pelaos me recuerdan mi época de gallito de pelea". La verdad fue que en ese momento supe que el Ñato Brizuela había sido boxeador, aunque su maltratado físico parecía más bien el de una figura del pancracio, de la lucha libre.

Es más, Brizuela ni era ñato, ni se llamaba así, aunque realmente nunca conocí su verdadero nombre. Una vez me contó que tuvo que cambiárselo porque su abuela, quien lo estaba criando junto a otros cuatro escuincles, se había enterado de su amor por las trompadas y le advirtió que se "dejara de esas vainas" (palabras más, palabras menos) o conocería realmente a quien le pesaban "las manos".

La verdad es que nuestro amigo tuvo una carrera poco exitosa y algo efímera en el negocio de las "narices chatas" y "orejas de colifor", pero no fue por Ma'Linda, como llamaba a su abuela, sino porque muy temprano se enteró de que el boxeo es ingrato, y no es para todo el que sueña ser algún día campeón del mundo.

Sus andanzas por los afamados cuadriláteros no sumaron más de diez encuentros, aunque tal vez fueron menos, todos en un año y siempre acompañado por su entrenador apodado "Piñata", un señor bajito y panzón que siempre le decía que llegaría a ser campeón del mundo, como Jack Johnson o Jack La Motta, o un ídolo como José Lombardo o Ismael Laguna.

"Siempre me decía antes de que tocara la campana, 'Que tengas suerte, Ñato', ese era su pregón", recordó en una ocasión mi avejentado amigo.

Pero su retiro se dio mucho antes de que se cumplieran las expectativas de "Piñata" y del propio "Ñato". "Una vez estaba esperando mi turno para salir a pelear, cuando llegó mi entrenador y me dijo que la función la habían suspendido, después de cumplirse los primeros cinco encuentros.

¿Pero porqué?, le pregunté. "Solamente habían dos pares de guantes y de segunda, tú sabes como son estas vainas, y al llegar a la quinta pelea, casi los pelao's se estaban dando de pescozones con los nudillos, así es que suspendieron la función, y como yo no pelié, no me dieron el peso que siempre daban", me explicó.

Pero eso no fue lo peor que le sucedió al Ñato y que lo hizo retirarse.

En otra ocasión, recordó que estuvo en una pelea importante. "Lo supe porque "Piñata" me dijo que habían apuestas; yo venía de dos victorias y el otro estaba invicto. Antes de que el árbitro nos llamara, mi entrenador me tomó del hombro y me dijo: 'Que tengas suerte, Ñato'.

"La pelea estuvo bastante pareja en los dos primeros asaltos, pero en el tercero logré conectarle un gancho y lo senté. Mira tú, el árbitro lo ayudó a pararse porque dijo que fue un resbalón. Fue algo increíble, la gente estaba pegada al ring, gritaban de todo y algunos nos tiraban cosas", prosiguió mi locuaz amigo.

"Volví a conectar al 'buay' y se volvió a caer; el árbitro comenzó la cuenta, pero como en cámara lenta, y cuando iba por siete...¡zuápatela! se fue la luz. "Piñata" me sujetó el brazo y me dijo que no me moviera, y cuando volvió la luz, todo estaba revuelto, y el otro pelao estaba fresco como una lechuga en su esquina".

"La gente, yo creo que echaba hasta espuma por la boca, aunque podía ser que no viera bien por el humo que había en todo el gimnasio. Todos pedían la decisión, unos gritaban mi nombre, otros coreaban a mi adversario. Pasaron varios minutos, en los que el árbitro bajó del ring a consultar a la mesa principal, y mientras tanto, "Piñata" me secaba y me secaba con un pedazo de toalla".

Pero espera Ñato, le interrumpí, ¿todo eso pasó en realidad? "Y, más", me respondió abriendo "inmensamente" sus ojos.

"El árbitro subió y me miró, y luego se dirigió a la esquina del otro muchacho y le levantó los brazos", me dijo.

¿Guat? Eso es mentira, le dije de sopetón. Tienes la imaginación digna de un escritor, le señalé.

El Ñato se me quedó viendo, abrió los ojos, y luego hizo un ademán como de persignarse, pero antes de terminar la acción, la suspendió en el aire.

"Mira, eso lo viví en carne propia", me espetó. "El árbitro le levantó el brazo al pelao ese, y luego bajó rápido del ring y...se formó la de San Quintín. Piñata me jaló por un brazo, cogimos la bolsa de mi ropa y salimos vola'o del gimnasio", culminó la narración el Ñato.

¿Y que pasó después?, le pregunté, resignado al hecho de que me estaba tomando el pelo. "Como que ¿qué pasó? No te dije que me retiré, pues".

A decir verdad, nunca le creí ese cuento ni otros tanto que me "echó", mientras veíamos las prácticas en el Pascual Ciela González de El Marañón.

Después llegó la invasión, ¨Pan de Dulce a la presidencia y la desaparición del vetusto gimnasio, que con ello se llevó centenares de historietas similares a las del Ñato Brizuela.

Jamás lo volví a ver y como les digo, nunca creí una sola palabra de esos cuentos, aunque siempre los escuché atento, porque además de entretenidos, eran contados por un señor mucho mayor que yo, y a los señores mayores se les respeta, y si es una dama, doblemente. Eso me lo enseñaron mis padres.

Cuentos o no, fue lo primero que llegó a mi memoria, cuando el amigo en común me volvió a hablar del Ñato y de su partida hacia lo desconocido. Sonríe para mis adentros.

Al bajar del Metro, al despedirme de mi amigo, la mente me traicionó, y le dije: "Hey Ñato, que tengas suerte".

lunes, 4 de agosto de 2014

El desastre de Tepic...¿llorar o reír?

Era previsible el desastre que iba a tener la selección de baloncesto de Panamá en el Centrobasket de Tepic. Jamás la improvisación será premiada y, en este caso muy particular, las consecuencias se vieron venir desde la llegada del ex jugador del Dallas Maverick, Rolando Blackman.

Blackman nos presentó en una conferencia de prensa una "historia fascinante" y una serie de logros que obtendríamos de la mano de quien "siempre" ha querido mejores días para el baloncesto panameño, pero a quien jamás se le había dado una oportunidad como ahora.

Les aseguro que a partir de allí, quienes hemos pasado por estas "fascinantes" historietas, muy cercanas a los cómics de "Memín Pingüín" y sus 'pasieros' Carlanga y Ricardo, nos sonreímos. Y, nuestra sonrisa casi se vuelve carcajada, cuando Blackman y el presidente diputado, Porfirio Ellis, aseguraron de que los resultados se verían de inmediato con la salida de un equipo menor a Portugal y la celebración de un Centrobasket sub-15 en la capital panameña.

¿Cómo era eso? Sin competencias oficiales, sin mayores prácticas y mucho menos fogueos, dos equipos nuestros, uno con un compromiso mucho mayor que el otro, serían "tirados" a la cancha para demostrar la "casta" y el nuevo "rostro" de la Federación de Baloncesto.

Todo fue un desastre. El quinteto en Portugal sudó la camiseta, pero nada pudo hacer frente a seleccionados evidentemente superiores, y los chiquillos de la Sub-15 demostraron más "pundonor" y "vergüenza" que las demostrada hasta ahora por nuestros flamantes dirigentes.

Y ¿qué de Tepic? Bueno esa es otra historia. Las carcajadas cuasi guardadas de los periodistas en la conferencia de prensa se volvieron muecas y, creo que vi hasta con ganas de llorar a algunos colegas, cuando la pareja Blackman-Ellis dijo a voz de cuello: "Y vamos al Centrobasket a buscar la clasificación". Como diría el presi Varela ¿guat?

Nos hablaron de una preselección, conformada por quienes algunas vez fueron miembros de la selección nacional, todos arriba de los 33 años, y de nuevas figuras, todos de una camada formada en el baloncesto universitario de los Estados Unidos y que tenían como único vínculo con Panamá, el que alguno de sus parientes había nacido en esta bella tierra. Es decir, todos made in United States. Cómo nos recordó a los viejos dirigentes.

Pero nunca hubo tal prelección. A las primeras convocatorias asistieron decenas de personas, pero todos periodistas. Los jugadores y el flamante técnico de "lujo" brillaron por su ausencia, hasta que los dirigentes se quitaron las caretas, llamaron a 10, 12 ó 15 jugadores, la verdad no me acuerdo, pero fueron los mismos que ocho años antes defendieron las franelas de Panamá en el Centrobasket realizado en el Atlapa.

Pero eso no fue todo. Los dirigentes que "rescatarían" a nuestro malogrado baloncesto, tragaron sapos y sin más, llamaron al técnico que había dirigido nuestro quinteto en los últimos años, el boricua David Rosario, para que se hiciera cargo de este DESASTRE, porque el amigo Blackman se esfumó. Y, como era de esperarse, una vez más en poco más de dos meses, se fracasó.

En un abrir y cerrar de ojos, se ha perdido la oportunidad de ir a los Panamericanos de 2015 y a los Preolímpicos. ¿llorar o reír?

Primer examen oficial para el "Bolillo"

El seleccionado nacional de fútbol viajó a Lima para su encuentro del próximo miércoles frente a su similar del Perú, en lo que consideramos el primer examen oficial  para el técnico colombiano Hernán "Bolillo" Gómez, desde que en febrero pasado llegó a Panamá para tomar las riendas de nuestra escuadra por los próximos cuatro años.

Afirmamos que será el primer examen oficial del "Bolillo" porque si bien es cierto de que ya Panamá jugó dos encuentros amistosos bajo su dirección en junio pasado, en esta ocasión será con un seleccionado conformado con mucho mayor tiempo y con futbolistas que, según su opinión, reúnen las características que necesita en este experimento.

Recordemos varios aspectos. Uno de ellos es que el afamado técnico paisa ha echado mano a jugadores del patio, salvo dos excepciones, para afrontar este encuentro, teniendo en cuenta dos aspectos muy importantes.

El primero es que la Copa UNCAF, que jugaremos prontamente, no está dentro del programa Fecha FIFA, por lo que la gran mayoría de los futbolistas nacionales que participan en el fútbol foráneo no contarán con el permiso oficial para afrontar esta competición. Si los clubes lo desean podrán darles permisos, pero en su gran mayoría nunca lo hacen.

El otro punto es que el "Bolillo" Gómez está consciente de que con su proceso no solamente se abre una nueva ruta con la intención de lograr un cupo del Mundial de Rusia 2018 sino que alguno de los futbolistas estandartes tienen sus días contados en la selección istmeña, por lo que es obligante encontrar sus sustitutos.

Definitivamente que un paso hacia este propósito será este encuentro ante los peruanos y el próximo que celebrarán frente a Cuba, el próximo día 20 acá en Panamá.

Esperemos que las conclusiones a las que llegue la dirección del equipo panameño sean muy positivas.

viernes, 25 de julio de 2014

Durmiendo con el enemigo

Es lamentable lo que le aconteció al técnico colombiano Jorge Luis Pinto en Costa Rica. El hombre se fajó, trago sapos (como dicen) y siguió hacia adelante para tratar de sacar el resultado en el Mundial de Fútbol. ¡Y de qué forma lo hizo!

La labor de Pinto con la selección tica fue encomiable, principalmente porque alguno de los resultados que obtuvo fue por la gallardía y entereza demostrada en la cancha, más que por el nivel técnico que demostraron.

Y es lamentable, porque quienes salen perdiendo son los hermanos costarricenses, pero es una muestra de que en muchas ocasiones es mejor eliminar las "manzanas podridas" de un vez (como dirían algunos) a esperar a que ciertas unidades cambien su mentalidad mezquina y obtusa o que con el tiempo acepten las directrices de quien lleva la batuta.

La responsabilidad es toda de la Federación Costarricense de Fútbol, que debió ponerle un alto a la situación y despejarle el camino al técnico colombiano. O también pudo ser que los directivos ticos no confiaban totalmente en Pinto y le colocaron espías a propósito.

Pero como señalé, el único perjudicado es el fútbol tico. En mi opinión, las posibilidades de que con Pinto se viviera una era satisfactoria de buen fútbol no solamente con el seleccionado, eran grandísimas, porque se completaría una segunda etapa teniendo como base todo lo recorrido en la primera.

No obstante, todo es difícil cuando se duerme con el enemigo. Pura Vida, mae.

jueves, 24 de julio de 2014

Chen, un ejemplo de perseverancia

Si actualmente existe un deportista panameño con perseverancia, ese es indudablemente que el capitalino Bruce Chen, estelar lanzador de los Reales de Kansas City.

En su última salida al montículo obtuvo una victoria de 7 por 1 sobre los Medias Blancas de Chicago, que le supuso empatar con Mariano Riva en el renglón de triunfos obtenidos por un serpentinero istmeño en la carpa grande, con un total de 82 triunfos.

Es decir, que en poco tiempo, quizás este domingo, podría convertirse en el máximo ganador panameño en las Grandes Ligas.

Chen, con 37 años a cuestas, presenta un récord de 82-78 en un periplo que lo ha llevado a 10 equipos durante sus 16 años en las Mayores, tiempo en el que ha tenido sus altas y sus bajas, no solamente por las lesiones, como le ocurrió al final de la temporada de 2007 que lo mantuvo alejado todo un año del diamante, sino también por sus notables inconsistencias en el montículo, que no le permitió una mayor estabilidad.

Debido a esto, en las campañas de 2002 y 2003 llegó a estar en cinco equipos diferentes (Mets, Montreal, Cincinnati, Houston y Boston) y con una pobre marca de 2-6.

No obstante, Chen mantuvo su confianza y enteza y siguió trabajando para buscar consolidarse en la carpa grande, algo que logra seis años después con los Reales de Kansas City, donde presenta récord de 47-41 en seis años.

Chiquidrácula va para técnico

El ex árbitro mexicano Marco Antonio Rodríguez, el “Chiquidrácula” del fútbol, acaba de anunciar su intención de dirigir selecciones nacionales con miras a un mundial de fútbol.

Según declaró a una televisora mexicana, tiene la fantasía de dirigir un seleccionado de fútbol y ¿por qué no? en un campeonato mundial. Grandes ínfulas ¿no?

¿Se imaginan?, Si en muchos partidos fue el gran protagonista y era solamente el árbitro, ¿qué podría pasar como técnico? Las muecas, gestos, rabietas y saltos de su paisano el “Piojo” Herrera, solo serían un mal chiste.

¡Ataja! Diría el Trespa. Definitivamente que sería una fantasía y, de muy mal gusto.

Pero prosigamos. Rodríguez declaró que tiene cursos sobre dirección técnica, pero que refrescaría sus conocimientos sobre la materia.

A propósito. ¿Están todos los técnicos panameños y los que participan en la Liga de Fútbol de Panamá (LPF) preparados para, realmente dirigir un equipo de fútbol? ¿Cuentan con los cursos necesarios y adecuados para estar al frente de tan inmensa responsabilidad?


Realmente no lo sabemos, pero muchas veces por lo que vemos en la pantalla de la televisión (debo confesar que así es) pareciera que no hay ni técnica ni muchos menos desenvolvimiento táctico en la cancha.

martes, 22 de julio de 2014

Un hombre que se promociona solo

Si hay un persona que con solo mencionar su nombre se promociona, ese sin lugar a dudas es el ex cuatro o ¿cinco? o ¿seis? veces campeón mundial de boxeo, el panameño Roberto “Mano de Piedra” Durán.

Sobre este humilde hombre, nacido en las entrañas mismas de los barrios populares, hay mil y una anécdotas, la mayor parte de ellas conocidas por amigos y simpatizantes porque el propio ex púgil se los contó en alguna ocasión.

Pero hay también otras historias muy significativas que muchos de nosotros, panameños todos, hemos vivido o escuchado de amigos con los que hemos compartido en el extranjero o en nuestro propio país.

Una de éstas me la contó el inmenso Fernando Alberto “Mamavila” Osorio, ex lanzador, y ex instructor santeño, que la vivió en el aeropuerto de Johannesburgo, en Sudáfrica, donde estuvo con una novena nacional de béisbol en alguna ocasión, en otra época.

“Estaba en el aeropuerto de Johannesburgo esperando la hora de nuestra partida, cuando se me antojó fumarme un cigarrillo. Traté de alejarme un poco de las personas que estaban a mi alrededor y me senté cerca de un macetero, en una esquina”, recordó.

“Estaba terminando el cigarrillo, cuando vi acercarse a un policía de casi seis metros de estatura y pensé: ´ya viene a llamarme la atención´. Se me acercó, me saludó con un ademán y me preguntó: ¿Eres de Panamá? Fue en ese momento que advertí que llevaba una camiseta que decía Panamá. Sí, le contesté. Sonrío y me preguntó: ¿Mano de Piedra Durán?”.

“Le sonreí y con un ademán le dije que sí e inmediatamente pensé: ‘Mira hasta dónde conocen al Cholo´. El policía me volvió a sonreír y se fue”, terminó diciendo “Mamavila”.

La otra anécdota que contaré, la viví en Filadelfia en 1998, en el marco de una actividad de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).  Estaba en medio de grandes figuras del boxeo mundial, entre ellos, el estadounidense Evander Holyfield y el francés Laurent Bouduani, que recordemos a vuelo de pájaro, cuando a nuestra mesa llegó un señor de origen asiático a saludar a todos los presentes.

Un colega venezolano recordó que era panameño y tras saludar al asiático vestido de gran ejecutivo, se dirigió hacia mí y me dijo: “Hey panameño, te presento a Soo Hwang Hong, te acuerdas de él, fue el que noqueó a (Héctor) Carrasquilla”.

En ese momento, el ex púgil surcoreano me dio la mano y me dijo: ´Durán, un monstruo´, a lo que le respondí, pero “Carrasquilla también fue un excelente boxeador”. Hong me sonrió y me dijo: ´un buen boxeador Carrasquilla, pero Durán, un monstruo´.

Esa fue la anécdota que recordé hace poco, cuando coincidí con Roberto Durán en una actividad donde la firma japonesa Seiko anunciaba el lanzamiento de un par de relojes de última generación.

Si bien también estuvo invitado el ex grandes ligas Carlos Lee, definitivamente que el “Cholo” fue la figura central de la actividad, y quien se robó toda la atención, tanto de ejecutivos japoneses como de periodistas, una vez culminó el acto protocolar, donde a los dos excelentes deportistas les fue obsequiado un reloj de los que estaban promocionando.

“Ayala, ya tengo reloj nuevo y del color que a mí me gusta. Estoy agradecido con la gente de Seiko por regalarme un reloj tan bonito”, palabras más, palabras menos, repitió en varias ocasiones Durán a los periodistas.

También mencionó estar preocupado por el boxeo panameño, principalmente por el aficionado, que se veía aletargado ante la falta de implementos deportivos adecuados y de otras tantas necesidades.

Habló de sus futuros planes, de su entrada al Salón de la Fama de Nevada en agosto próximo (el tercero al que será introducido, todos en Estados Unidos), de su película “Manos de Piedra”, de algunas anécdotas (indudablemente es el que mejor las cuenta) y de…tantas cosas, que los periodistas tuvieron la posibilidad de lograr notas económicas, de deportes y de películas cinematográficas, todas generadas por una sola persona.

En ese momento también recordé un comentario que hice en una ocasión a unos amigos: “Roberto Durán se promociona solo, no necesita libretos, ni introducciones preparadas para ganar la atención del público”.


Definitivamente coincido con el ex campeón Hong, el “Cholo” Durán es un monstruo. 

Amílcar: ¿el mejor fichaje de la LPF?

El fútbol panameño recibió durante las eliminatorias mundialistas con miras a Brasil 2014, una cantidad indescriptible y cuantitativamente indescifrable de entusiasmo, expectación y de pura adrenalina.

Estuvimos en la pelea hasta el último momento, y si bien no comparto la afirmación de que Panamá estuvo “a pocos minutos” de clasificar, la verdad es que ha sido la experiencia más “alentadora y gratificante” que ha tenido nuestro seleccionado y el humilde pueblo istmeño en este tipo de competición.

Es más, la primera parte de nuestra actuación le permitió a algunos de nuestros seleccionados ser observados y luego firmados para jugar en Estados Unidos, México, Colombia y España, solo para mencionar a algunas naciones.

Pero, ¿cuánto de este “gran escenario” pudo ser aprovechado por nuestro fútbol local? Creo que nada.

En una ocasión, el periodista y diseñador de periódicos Carlos Castañeda me comentó: “No porque sea el más bonito, es el mejor. Es, diríamos, un chamaco muy bien vestido, pero con poco que aportar”.

El gran amigo y colega cubano se refería, en esa ocasión, a lo importante que es en el diseño de un periódico, no solamente pensar en toda la parafernalia que podrías introducirle para que se vea “atractivo” y “vendible” a los ojos del empresario y del lector, sino también es imprescindible estar muy cuidadosos con su contenido.

“El diseño bonito lo podrías vender en una o en dos ocasiones, pero una vez se acabe la expectativa, será mejor que tengas un contenido valioso o perderás toda tu inversión”, me señaló una vez en medio de una charla de café, que me dictó de gratis una tarde en las instalaciones del diario La Prensa.

El fútbol panameño no despega, esa es mi impresión.

Y no lo hará, mientras sus organizadores sean mezquinos y a la vez tacaños con el fanático y con nuestro propio balompié, al no presentar un producto que realmente demuestre la calidad que hay “escondida” en  el futbolista panameño.

Hay algunos que afirman que el balompié panameño ha crecido y la muestra más fehaciente fueron las eliminatorias.

Tampoco estoy de acuerdo con ello.

Casi todos los futbolistas que se presentaron en cada una de las jornadas eliminatorias juegan en el fútbol foráneo. Es decir, que la gran actuación, en un significativo porcentaje, se la debemos a quienes han estado adquiriendo experiencia y conocimiento en las canchas internacionales.

¿Y es que me olvidé de lo que aportaron Alberto “Negrito” Quintero, Roberto Chen, Nahil Carrol o Gabriel Torres en las elminatorias? Pues no. Recuerdan que hablé de la “escondida” calidad de los nuestros.

 Aterrizo.  El regreso del “pequeño” Amílcar Henríquez al Árabe Unido no solo le da vitalidad a la media cancha de la “Furia azul” sino que le agrega fuerza y personalidad al mejor equipo que jamás haya  tenido Colón en su historia futbolística, según mi humilde opinión.

Pero hay algo más. Representa un valor agregado que le podría aportar  “efectivos números” (si lo saben aprovechar) a la propia Liga Profesional de Fútbol de Panamá, como se pudo hacer la temporada pasada con Gabriel “Gavilán” Gómez, que estuvo con el “Poderoso” San Francisco, o en otrora con la llegada de los extraordinarios jugadores Jorge Luis y Julio César Dely Valdés, Víctor René Mendieta, Rubén “Tátara” Guevara o Percival Antonio Piggott tras triunfar en el exterior.

En síntesis, Amílcar es de los futbolistas que con la experiencia adquirida, a pesar de su juventud, podrá aportar muchísimo a la “urgente” necesidad de “Nombres” que le hacen falta a la LPF.

La LPF necesita muchos más de jugadores como Amílcar, ya sean panameños jugando afuera o de extranjeros que tengan la suficiente calidad y nivel, que al final del camino ese producto que ellos han dejado pueda recogerse de nuestras canchas.

Pero al igual que como ocurrió la temporada pasada con Gómez, una “golondrina” o un “gavilán”, en este caso, no hicieron un verano sustancial y positivo para el fútbol panameño.


¿Es Amílcar el mejor fichaje que actualmente tiene la LPF? Sí.

lunes, 21 de julio de 2014

El softbol busca recuperar terreno

El softbol acaba de lograr un éxito más dentro del corto historial deportivo desde que llegó Danilo Velasco a la presidencia de la Federación de este deporte, en una demostración del trabajo acucioso y, principalmente, casi silencioso que ha estado realizando con su grupo de trabajo. 

El pasado fin de semana obtuvieron el título del torneo centroamericano realizado en Honduras.

Realmente para la actual dirigencia las cosas no han sido fáciles.

Indudablemente que el softbol es uno de los deportes que más se practica en Panamá, pero en un gran porcentaje como recreación, sin alguno de los requerimientos técnicos indispensable para pensar que en cada cuadro de bola suave del país encontrarás un prospecto, principalmente lanzador, para pensar en él como un futuro miembro de una selección nacional.

Unido a ello, está el tema de la falta de campos, coliseos o estadios para su desarrollo. Repetimos, el softbol es uno deporte muy popular, pero en su modalidad recreativa, por lo que es fácil encontrar una instalación habilitada, sobre todo en el interior del país, para el centenar de ligasque se realizan, no así para el desarrollo de una liga distritorial o provincial.

Esta situación es mucho más crítica en la ciudad capital, donde el Instituto de Deportes (Pandeportes) hace aproximadamente un año le cedió el estadio de Paraiso a la Federación de Softbol para, principalmente, llevar a cabo sus programas de entrenamientos de cara a eventos de carácter internacional, porque la mayor parte de los estadios de esta disciplina han desaparecido.

Otro detalle a tomar en cuenta de lo que ocurre en el softbol es el relevo generacional que está teniendo su seleccionado nacional, donde la dirigencia ha apostado a la juventud para seguir un programa que los lleves con algo de opción a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz.

Panamá fue considerada una potencia en el softbol de Centroamérica y del Caribe hasta finales de los año 80, cuando aún podíamos medirnos sin ningún tipo de complejo a las acostumbradas potencias de Puerto Rico, República Dominicana y Cuba, para citar solo algunos.

El camino aún es largo, pero hasta ahora, lo recorrido nos hace pensar que es el rumbo adecuado para volver a los primeros planos en el mundo del softbol.

martes, 28 de enero de 2014

Una gran actividad boxística, pero….

No creo que nadie pueda poner en dudas la gran actividad boxística que realiza Panamá desde hace algunos años, con aproximadamente veinte carteleras o un poquito más anualmente, buscando abrirle camino a una pléyade de jóvenes y a otros no tantos en este difícil negocio.

En otrora, quizás desde mediados de los años 90 hacia acá, la actividad se concentraba los fines de semana, buscando con ello llamar la atención de una cantidad de fanáticos que por razones de trabajo les era imposible asistir en otros momentos a las carteleras boxísticas.

Pero los tiempos cambiaron y no hay un día de semana que se salve de estar en la mente de los promotores panameños para llevar adelante su evento boxístico, principalmente si las fechas coinciden con el pago de la quincena.

Así, a lo largo de estos años, el respetable público panameño, tanto el que asiste como el que lo observa por televisión, se ha deleitado de grandes combates y otros no tanto, pero que en su momento levantaron una gran expectativa.

Los empresarios panameños han hecho de “tripas corazones” y se han lanzado con un objetivo más allá del negocio que está intrínseco dentro de una actividad como lo es el boxeo; buscan coronar a un nuevo campeón del mundo que lleve a Panamá a la codiciada cifra de 30 reinados en su rica historia y, claro está, también cambiarle la vida, quizás para siempre, a un humilde gladiador que de igual forma busca fama y fortuna dentro de este deporte.

No obstante, algo nos ha fallado en los últimos años, porque una y otra vez hemos llevado al aspirante y, una y otra vez, no han podido cumplir con el objetivo. Frente a esto, nos preguntamos algunos de los que seguimos con pasión esta actividad: ¿Qué está pasando?

Algunos conocedores señalan la poca seriedad con la que nuestros púgiles abrazan este difícil negocio, bastándoles con brillar en el firmamento local para sentirse satisfecho. Otros van mucho más allá y creen que todo se debe a la falta de capacidad de los actuales entrenadores, que no pueden concluir la faena con una corona mundial

Y otros, destacan que a los boxeadores les hace falta mucha mayor disciplina y de paso, alguien que les apriete las tuercas cuando flaquean en momentos en que deben tener la mayor concentración en sus acciones.


Es cierto que algo está ocurriendo en el pugilismo panameño y, si bien, una veintena de carteleras buscan afanosamente a ese gladiador que llegue a convertirse en el campeón número treinta, sería sano profundizar un poco para encontrar el quit del problema.