sábado, 28 de marzo de 2009

Del jolgorio a la realidad

La posibilidad de que Panamá contara desde el 2008 con cuatro campeones mundiales de boxeo al unísono nos hizo ver como una gran potencia boxística y rememorar la época en que disfrutamos de esas mieles con púgiles de la categoría de Eusebio Pedroza, Hilario Zapata y Roberto Durán, entre otros.

En realidad fue una época increíble en que no solamente los campeones antes mencionados mostraban su categoría conforme se presentaban en los tinglados del mundo, sino que el pugilismo istmeño contó con otras figuras que se consideraban el relevo de estos grandes gladiadores.

Pero esa época pasó y Panamá después de ella se vio sumergida en una etapa que podría calificarse de “oscurantismo” donde no solo muy pocos púgiles llegaron a contar infructuosamente con una oportunidad campeonil, sino que tampoco se trabajó en un buen semillero para tener la esperanza de que volviéramos a ser potencia boxística.

Para satisfacción nuestra, esa época también pasó y luego de un arduo trabajo en el que decenas de personas se involucraron directamente, nuestro país volvió a emerger como una plaza de innumerables talentos boxísticos.

Y es así como Panamá en los últimos años se ha convertido en una plaza de una gran actividad boxística, en la que han participado boxeadores de diferentes latitudes y algunos de ellos se han quedado, con el objeto de proyectar su carrera en un capitalde mucha actividad.

De esa efervescencia y esfuerzo es que salieron los Roberto “La Araña” Vásquez, Vicente “Loco” Mosquera, Celestino “Pelenchín” Caballero, Ricardo “El Maestrito” Córdoba, Guillermo “Felino” Jones y Anselmo “Chemito” Moreno, entre otros.

Todos ellos llegaron a cristalizar su carrera profesional al obtener un título mundial y hoy tres de ellos aún ostentan título, tratando de mantener sus cetros para el engrandecimiento de sus carreras pugilísticas.

Tras la trepidante caída de Córdoba el pasado fin de semana en Dublín, Irlanda, y después la indiscutible derrota del ex campeón mosca Roberto Vásquez en esta capital, es necesario analizar si estos descalabros se dieron realmente por la superior categoría de sus rivales o sencillamente porque nuestros dos reconocidos púgiles les faltó una mejor preparación.

Si fuera el primer punto el análisis no tendría razón de ser por razones obvias, pero si el caso fuera la segunda afirmación entonces sí habría que poner la barda en remojo; es decir, se acabó el jolgorio y es hora de volver a la realidad.

Es indudable la calidad técnica que presentan los boxeadores panameños, pero también lo es el hecho de que la preparación en muchos de ellos no tiene ese mismo nivel, por lo que su atención hacia esa dirección debiera ser el doble.

Las caídas de Córdoba y Vásquez han sido dolorosas, sobre todo la primera, pero son tan aleccionadoras que permiten retomar los pasos, analizar a dónde se falló y volver a buscar lo que un día fue de ellos. Repito, la calidad técnica es manifiesta en ellos.

miércoles, 25 de marzo de 2009

El Comité Olímpico y su relación con Pandeportes

El COP ha mantenido una disputa con el Gobierno desde que se constituyó la entidad gubernamental en materia deportiva (INCUDE- INDE- PANDEPORTES) en los años 70, en un pulseo totalmente irracional y que a nuestro criterio casi siempre ha sido provocado por el gobierno.

Ambas organizaciones tienen su espacio demarcado tanto en las leyes como en su accionar cotidiano y para nada se plantean conflictos de intereses, porque una está para desarrollar y coadyuvar por un mejor deporte (Pandeportes), y la otra para servir de instancia para que las delegaciones deportivas participen en los eventos regionales y olímpicos (COP).

El detalle se ha marcado debido a que los distintos directores de la institución deportiva han querido manejar los destinos del Comité Olímpico, con la excusa de que están siendo mal llevados y que es el Estado quien entrega el dinero para las distintas competencias regionales.

Sin entender que el COP es una entidad privada con fines públicos cuyas actuaciones se enmarcan dentro de las reglamentaciones del Comité Olímpico Internacional y de los otros organismos internacionales a los que está afiliado y así se reconoce en la Ley 50 que sobre la materia se promulgó en Panamá.

Aunado a ello, hay varios aspectos a tomar en cuenta y que parecieran no conocerse.

1.- El COP no desarrolla actividad deportiva ya que esto es parte del trabajo de las Federaciones Deportivas, por lo que no tiene ninguna responsabilidad en el nivel competitivo de los atletas que participan en las competencias internacionales.

2.- En cuanto a competencias regionales, el COP ha enviado delegaciones aunque no hayan recibido aporte económico por parte del Gobierno (ejemplo Olimpiadas Barcelona 1992, Juegos Centroamericanos 2006).

3.- Las ocasiones en que el Ejecutivo ha entregado dinero para las delegaciones olímpicas es para cubrir los renglones de transporte, estadía y alimentación, aportes son reembolsados por el Comité Olímpico Internacional a través de su programa de Solidaridad Olímpica, como corresponde cuando se envía una delegación simbólica.

4.-Las veces en que algún representante olímpico participa en el exterior en un congreso, reunión, asamblea, etc., estos son cubiertos por las organizaciones deportivas que la organiza (Ordeca, Odebo, Odecabe, Odepa, Odesur, COI).

5.- Existe una tabla de participación para Juegos Olímpicos y, en este sentido, el número de atletas determina el número de delegados (jefe de misión, médico, kinesiólogos, chaperona, entrenadores) que participarán en ellos.
En este caso no cuentan ni el presidente del COP ni su secretario general, y/o el representante del gobierno, cuyas estadías son cubiertas por el comité organizador.

Es por ello que muchas de las responsabilidades que le endilgan al organismo olímpico son totalmente equivocadas, pero lamentablemente son ignoradas por el común de los panameños.

Sin embargo, siempre hay esperanzas y la posibilidad de contar con una nueva administración totalmente ajena a quienes hoy gobiernan el país, podría darle un cariz diferente a lo que hasta ahora ha sido la tormentosa relación entre ambas organizaciones.

domingo, 22 de marzo de 2009

Intenso combate

Las opciones estaban parejas. Tanto el entonces campeón mundial supergallo, el panameño Ricardo “El Maestrito” Córdoba, como el aspirante irlandés Bernard Dunne, presentaban un récord realmente interesante, por lo que el ganador del encuentro titular sería el que no solamente presentara mejores condiciones físicas sino también una mejor estrategia.

Y así fue. Dunne además de tener la posibilidad de capear un difícil temporal en el quinto capítulo, cuando cayó en dos ocasiones, contó con las suficientes condiciones para inclinar las acciones a su favor conforme fueron pasando los asaltos.

Esto fue la clave de su victoria ante el panameño Córdoba. Claro está, también contó con elementos que fueron importantes, como el estar peleando en casa y que los miles de fanáticos que presenciaron el pleito se conectaran desde un principio con el papel que debían jugar.

Aunado a ello, el flamante campeón a pesar de no ser un dichado de virtudes técnicas contó con la suficiente valentía para no abandonar la misión, cuando el barco hacía aguas y el panameño buscaba afanosamente la victoria.

Igual ímpetu y valentía mostró nuestro púgil durante los once asaltos que duró el encuentro, pero a nuestro parecer equivocó la estrategia cuando tuvo la posibilidad de llevarse el encuentro.
Nos referimos al hecho de que Córdoba abandonó toda posibilidad de golpear a los bajos de su oponente y se concentró en los golpes arriba que, si bien hicieron efectos en el irlandés, no fueron lo suficientemente efectivos para doblegarlo.

También hay que tomar en cuenta que el hoy ex campeón minó mucho sus fuerzas tratando de buscar la victoria antes del límite en el quinto asalto, quizás olvidando que aún faltaban muchos kilómetros por recorrer.

El panameño resultó bastante maltrecho al término de la pelea, por lo que necesitará algún tiempo para recuperarse tanto de los golpes físicos que recibió de Dunn como de los sicológicos, porque fracasó en su misión de regresar a Panamá con la corona.

Un detalle. Si bien para nadie era un secreto de que la pelea era bastante difícil sobre todo por el hecho de que Ricardito Córdoba no había podido alcanzar el triunfo en tierras extrañas en sus tres anteriores compromisos titulares, dos de ellos con el ucraniano Wladimir Sidorenko, lo que aconteció en Irlanda nada tuvo que ver con ello.

Dunne aprovechó las oportunidades que se le presentaron, esa fue la diferencia la tarde del sábado.

Hoy después de la derrota, algunos hablan de una posible revancha. Esta será factible, siempre y cuando el panameño reúna los méritos suficientes una vez más para tener derecho a ella, y esto no lo digo por no creer que Córdoba cuente con ellos, sino porque en este negocio el dinero es el elemento catalizador y si no existe una gran oferta para el hoy campeón del mundo, sus manejadores no volverán a poner los ojos en el panameño.

La mejor experiencia que tenemos es la del monarca unificado de esta división, Celestino “Pelenchín” Caballero, a quien al mercado internacional muy poco le interesa a pesar de sus grandes virtudes técnicas.

En síntesis, podría decirse que se ha perdido una batalla no la guerra y mientras existan las ganas y las condiciones, siempre habrá una nueva oportunidad para un gran guerrero como Ricardo Córdoba.