La posibilidad de que Panamá contara desde el 2008 con cuatro campeones mundiales de boxeo al unísono nos hizo ver como una gran potencia boxística y rememorar la época en que disfrutamos de esas mieles con púgiles de la categoría de Eusebio Pedroza, Hilario Zapata y Roberto Durán, entre otros.
En realidad fue una época increíble en que no solamente los campeones antes mencionados mostraban su categoría conforme se presentaban en los tinglados del mundo, sino que el pugilismo istmeño contó con otras figuras que se consideraban el relevo de estos grandes gladiadores.
Pero esa época pasó y Panamá después de ella se vio sumergida en una etapa que podría calificarse de “oscurantismo” donde no solo muy pocos púgiles llegaron a contar infructuosamente con una oportunidad campeonil, sino que tampoco se trabajó en un buen semillero para tener la esperanza de que volviéramos a ser potencia boxística.
Para satisfacción nuestra, esa época también pasó y luego de un arduo trabajo en el que decenas de personas se involucraron directamente, nuestro país volvió a emerger como una plaza de innumerables talentos boxísticos.
Y es así como Panamá en los últimos años se ha convertido en una plaza de una gran actividad boxística, en la que han participado boxeadores de diferentes latitudes y algunos de ellos se han quedado, con el objeto de proyectar su carrera en un capitalde mucha actividad.
De esa efervescencia y esfuerzo es que salieron los Roberto “La Araña” Vásquez, Vicente “Loco” Mosquera, Celestino “Pelenchín” Caballero, Ricardo “El Maestrito” Córdoba, Guillermo “Felino” Jones y Anselmo “Chemito” Moreno, entre otros.
Todos ellos llegaron a cristalizar su carrera profesional al obtener un título mundial y hoy tres de ellos aún ostentan título, tratando de mantener sus cetros para el engrandecimiento de sus carreras pugilísticas.
Tras la trepidante caída de Córdoba el pasado fin de semana en Dublín, Irlanda, y después la indiscutible derrota del ex campeón mosca Roberto Vásquez en esta capital, es necesario analizar si estos descalabros se dieron realmente por la superior categoría de sus rivales o sencillamente porque nuestros dos reconocidos púgiles les faltó una mejor preparación.
Si fuera el primer punto el análisis no tendría razón de ser por razones obvias, pero si el caso fuera la segunda afirmación entonces sí habría que poner la barda en remojo; es decir, se acabó el jolgorio y es hora de volver a la realidad.
Es indudable la calidad técnica que presentan los boxeadores panameños, pero también lo es el hecho de que la preparación en muchos de ellos no tiene ese mismo nivel, por lo que su atención hacia esa dirección debiera ser el doble.
Las caídas de Córdoba y Vásquez han sido dolorosas, sobre todo la primera, pero son tan aleccionadoras que permiten retomar los pasos, analizar a dónde se falló y volver a buscar lo que un día fue de ellos. Repito, la calidad técnica es manifiesta en ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario