La victoria del equipo intermedio de Herrera en el mundial de béisbol de las Pequeñas Ligas, más allá de solo llenarnos de satisfacción y orgullo por el título alcanzado, debe llevar a reflexionar muy seriamente a los dirigentes del deporte panameño, en todas sus dimensiones, sobre lo que está aconteciendo en la actividad deportiva istmeña.
¿No lo ven? Sencillamente que solo dos deportes han estado sacando, de manera constante, la cara por el deporte de Panamá a nivel internacional en los últimos años: el fútbol y el béisbol.
Ambas disciplinas han estado presentes y con sobresaliente notas en las últimas competiciones internacionales, principalmente sus divisiones menores, o como se diría en otro término, en sus respectivas fincas.
Es cierto, debe admitirse que otros deportes diferentes a los mencionados, han logrado llegar a los primeros planos a nivel internacional, pero no han sido constantes, muy pocos.
Y, ¿por qué podría ser esta situación? Definitivamente porque han llevado a cabo un trabajo coordinado, elaborado y constante en sus categorías menores. El béisbol menor o de pequeñas ligas, que agrupa a cientos de equipos por sectores en las diferentes provincias en un programa cuyas directrices emana de los Estados Unidos, lleva muchos años en estos menesteres y, si bien, en algunas ocasiones no se han logrado los objetivos y, los triunfos han sido pocos y no tan resonantes, se han mantenido constantes, lo que ha permitido conservar la esencia de este deporte desde sus raíces.
Hace algunos años, se incorporó al béisbol panameño un programa de categorias menores dirigido por la Confederación Panamericana y la Federación Internacional, con un concepto mucho más abarcador porque las representaciones en los nacionales son provinciales, pero menos profundo que el de Pequeñas Ligas, pero al final, es un programa de alguna manera integral para nuestro pequeño béisbol.
Es decir, podrá no ser tan efectivo que el programa de Pequeñas Ligas, pero mantiene rodando la pelota en los diversos diamantes del país, que es lo que todos queremos, además de que al igual el otro, propende a la masificación, factor importantísimo para lograr la excelencia y el más alto nivel competitivo.
Otro tanto, desde hace algunos años, realiza la Federación Panameña de Fútbol con su programa de categorías menores que, al igual que el béisbol pequeño, nos ha dado gratas noticias y participación en varios campeonatos mundiales, algo que aún no se ha logrado en la categoría mayor, pero este otro cuento que no viene al caso.
Al llegar a este punto, nos preguntamos ¿y qué de los otros deportes? ¿Hasta cuándo se mantendrá el paternalismo de la institución deportiva gubernamental sin obtener resultados razonablemente buenos? ¿Cuándo será el día en que se les exija una rendición de cuentas? o quizás, ¿Cuándo será el día en que los aportes y apoyos económicos de Pandeportes, vayan de la mano con la exigencia de obtener resultados óptimos?
Desde la administración del presidente Martín Torrijos hasta la actual, de Ricardo Martinelli, el apoyo económico a las diferentes federaciones deportivas han sido significativos, pero ¿cuántos de ellos han tenido resultados importantes? A vuelo de pájaron solo se puede mencionar la medalla de oro olimpica de Irving Saladino en Beijing 2008, y la de plata de Alonso Edwards en el mundial de atletismo de Alemania en 2010.
Repetimos, somos conscientes de las victorias que se han logrado, por ejemplo, en Juegos Centroamericanos, otras en Bolivarianos y Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero a decir verdad han sido poquísimas para la inversión millonaria que se ha hecho en términos generales en los últimos diez años.
Es por ello que creemos firmemente que es hora de una rendición de cuentas por parte de las organizaciones deportivas, pero más allá de ello, de la necesidad de que cada una de ellas presente un plan coherente de trabajo en sus respectivas categorías menores. Así, podría valorarse si, en efecto, el dinero que se aporta y que pertenece a todos los panameños, no está siendo tirado a la basura, como creo que hoy muchos ciudadanos piensan.
El hecho no es el de invertir por invertir, como se hace cada año cuando se aporta en la preparación y apoyo de los diversos organismos deportivos nacionales. ¿De que los atletas se lo merecen? De eso no hay la menor duda. Pero ¿merecerán esa ayuda estos dirigentes que aún no sacan un resultado satisfactorio? Honestamente, lo dudo.