miércoles, 20 de agosto de 2014

El Loco que abarrotó la Arena

Revisaba un cuaderno de apuntes en forma rápida, mientras esperaba el Metro en la estación de San Miguelito, cuando mis ojos tropezaron con un nombre de Ricardo “Loco Loco” Bennett.

Vea usted, pensé. En forma inexplicable, había puesto el nombre de uno de los boxeadores más excitantes que tuvo el boxeo istmeño, entre las década 70 y 80, en unos apuntes que trataba otro tema.

La verdad es que, en ese momento, no quise abusar de mi memoria para explicarme la situación. Primero no estaba en el lugar adecuado, y segundo, porque a los pichón de investigadores a veces nos suele ocurrir. Con ello, trato de cumplir con la premisa de uno de mis profesores de periodismo, que aconsejaba escribir rápidamente y donde fuere, las ideas que se nos ocurrían de manera inmediata, porque era muy probable que más tarde no lo íbamos a recordar.

Hablando de memoria. Los casi diez minutos que demoró el Metro en cubrir la ruta de St. Michael Jr. a la estación de la Virgen del Carmen, en Vía España, fueron más que suficientes para recordar al amigo Ricardo Bennett.

¡Qué tiempos aquellos! Jamás el boxeo panameño volverá a vivir una época como las que tuvo en esas dos décadas.

Es cierto, hubo otras muy buenas, con púgiles de gran cartel y que con solo mencionar sus nombres, se escuchaban exclamaciones de admiración. Pero, ¿veinte años de “mongo y más mongo”, con calidad de exportación? No.

Bueno, de esa época es el afamado Bennett.

El otrora “Loco Loco” es el púgil que más público ha llevado hasta ahora  al  coliseo de la Calle Sexta (Arena de Colón), cuando a finales de los años 70 enfrentó al "Toro” Ulises Morales.

En una ocasión en que visitamos la Arena de Colón, coincidimos con Ricardo y recordó esa noche y, por cierto, se ufanó de ser el “hombre récord” del boxeo colonense.

Palabras más, palabras menos, recordó esa noche, aunque no creo que hayamos hablado del resultado de la pelea, que perdió por decisión frente al corajudo púgil capitalino.

- “Estaba consciente de que estábamos rompiendo un récord esa noche en la Arena”, me dijo.

- Espera un momento, le interrumpí. ¿Cómo es posible que supieras, si no fue hasta que terminó la cartilla en que se conoció cuántas personas entraron a la Arena?, lo cuestioné.

- “Porque cuando iba saliendo de los camerinos sentí ese fogaje que había afuera, y pensé: es un lleno completo”, me respondió mirando fijamente.

¿Guat? No le creí, pero en ese momento solamente sonreí y guardé silencio.

- ¿Crees que fuiste uno de los mejores boxeadores de Panamá?, le pregunté.

- "La verdad es que sí. Sé que no llegué a campeón mundial, pero me fajé con los grandes y ganando o perdiendo, siempre defendí la plata de los apostadores", me dijo muy convencido.

- ¿Te acuerdas la pelea que hice con el (Aquilino) "Dimar" Asprilla?, me preguntó. "Qué peleón y aunque perdí, me fajé como los buenos y estuve a punto de ganar", me dijo.

Sí, realmente el Loco Loco Bennett fue uno de los grandes del boxeo istmeño.

¿Qué no ganó titulo mundial alguno? Es cierto, pero les aseguro que tuvo mucha más categorías, agallas y clase, que algunos de los que sí lo lograron.

El viaje en el Metro lo percibí largo o ¿corto? Eso no es importante,. Lo fue el hecho de que tuve la oportunidad de acordarme de mi amigo Bennett.


2 comentarios:

Unknown dijo...

agradecido por lo escrido de mi padre

Unknown dijo...

Loco loco era loco loco con dimar le jugaron sucio le dieron vino un antes el regalo libre a medida gue corría la pelea el vino le guemava el estómago cuando bennet le empezó a dar trompadas le mezclaron el agua recuerden gue su entrenador no estaba y con el la esquina capitalinas y dimar era de allá mafia