miércoles, 20 de enero de 2021

PANAMÁ SE ALISTA PARA SERIE DEL CARIBE

NICOLÁS ESPINOSA SERRANO

La Serie del Caribe está a la vuelta de la esquina y Panamá se prepara para tener una representación competitiva en Mazatlán, ajustando un equipo que este miércoles realizó su quinta comparecencia al estadio capitalino 'Rod Carew' en el Cerro Patacón.

El torneo se realizará entre el 31 de enero y 6 de febrero próximo, en el estadio Teodoro Mariscal, sede de los Venados de Mazatlán, de la liga de invierno mexicana.

Panamá debuta el mismo 31 de enero frente a la representación de Venezuela.

El hecho de que la Liga Profesional (Probeis) no pudiera realizar su temporada por causa de la pandemia del Covid-19 (todas las culpas son del maldito bicho), ha hecho un poco difícil armar una selección proveniente de la misma esencia de su torneo.

Aún así, el equipo que representará los colores de la liga es el de los Federales de Chiriquí, que ocuparon el segundo lugar en el último torneo realizado. Los actuales campeones, los Astronautas de Las Tablas habían decidido no participar en el torneo 2020-2021, que tuvo que cancelarse por disposiciones sanitarias.


La novena estará dirigida por el técnico cubano Alfonso Urquiola, quien ha llevado a Chiriquí a un par de títulos en la pelota mayor, y que también un paso exitoso dirigiendo a la otrora poderosa selección cubana. En 2015 llevó a los Vegueros de Pinar del Río a ganar esta misma Serie del Caribe en San Juan. 

Este impase obligó a Probeis a recurrir a peloteros extranjeros que, muy posiblemente, jamás han jugado una temporada en Panamá, pero que, por reglamento, son elegibles para participar, ya que están inscritos dentro del sistema que ampara la Major League Baseball, el papacito que dicta las reglas.


Otro asunto que ha hecho difícil armar el "equipo de ensueño" es que algunos peloteros istmeños, con algún nivel digno de la Serie del Caribe, participan en otras ligas y posiblemente estén con ellas en representación de sus respectivos países.

En esa línea están Johan Camargo (Bravos de Atlanta) y Andy Otero (Federales), quienes están con los campeones dominicanos, las Águilas Cibaeñas, y Alberto Baldonado, quien juega en la pelota mexicana y es muy posible que esté en Mazatlán con el equipo campeón, gracias a la gran temporada que tuvo como cerrador con los Tomateros de Culiacán.

No obstante, en los terrenos del 'Rod Carew' están entrenando Jaime Barría, serpentinero que juega con los Angelinos de Los Ángeles, y el jugador de cuadro Jonathan Araúz, que lo hace para los Medias Rojas de Boston.  

También están Rodrigo Orozco, hijo, Rodrigo Vigil, quien estuvo con las Águilas este año, entre los panameños, y los refuerzos Alejandro de Aza, ex grandes ligas dominicano, y los serpentineros izquierdos Eury De La Rosa, dominicano, y Geoff Broussard, estadounidense. 

La planilla es más grande, la mayor parte de ellos de la pelota local istmeña, pero aún se hacen ajustes y gestiones para robustecer al equipo. 

Si bien el hecho de que Probeis al no hacer su liga este año, le permite conformar casi que una "selección nacional", no es menos cierto que también priva el factor dinero para poder hacerlo. Para todo, Probeis ha necesitado la 'mano amiga' del gobierno de turno y en este momento, no está muy amistosa, aunque algo siempre se logra. 









miércoles, 13 de enero de 2021

NADA DEFINIDO EN PLEITO DEL CHOCOLATITO

Por Nicolás Espinosa Serrano

La pelea debe celebrarse el 13 de marzo de este año, con los cinturones súpermosca de la AMB y CMB en juego, variantes que parecen inalterables en el choque entre ‘Chocolatito’ González y ‘Gallito’ Estada, parte 2, pero aún falta mucha tela por cortar para que esto se concrete. 

Ambos se enfrentaron hace ocho años y el pinolero logró el triunfo por la vía de las tarjetas. 

El ‘Gallito’ no está dispuesto a fajarse con el tetra campeón nica, si no le garantizan una bolsa de un millón de dólares como, supuestamente, lo hicieron con González, y éste espera enfrentar al tres veces titular mexicano, pero en una fecha posterior a la propuesta. 

Ese es el ambiente que existe en estos momentos en un choque esperado por la afición, pero que todavía no tiene una sede definitiva por la promotora Zanfer que, dicho sea de paso, dijo que todo sigue como se pactó; es decir, el pleito se celebrará el 13 de marzo. 

El manto de dudas se hace más latente, cuando el apoderado del corajudo púgil centroamericano, Carlos Blandón, dice que la fecha es oficial, pero el Chocolatito habla de una nueva. 

El periodista nica Carlos Alfaro dijo este miércoles en Radio Ya, que Blandón afirmó que la fecha es oficial. 

Entre tanto, González aseveró que: “Ellos han entendido que no podemos pelear en esa fecha, porque necesito prepararme con mucho tiempo”. 

“Todos entendemos que por la cosa del Covid está todo complicado y se está viendo dónde van a ser la pelea”, señaló el nica en una entrevista que pasó este miércoles el canal 13 (Viva Nicaragua).

 González, que debió viajar este lunes al campo de entrenamiento a Estados Unidos, sigue entrenando en Managua, esperando instrucciones de Zanfer.

“Estamos a la expectativa de lo que puede pasar esta semana”, señaló Chocolatito al tiempo que destacó que es importante conocer una nueva fecha, para poder viajar a los Estados Unidos, porque los costos en un campo de entrenamiento son muy altos.

Como se observa, el asunto del dinero no es problema por los lados de los nicaragüenses, pero parece que sí lo es en la esquina de Juan Francisco Estrada, que dijo pelear el 13 de marzo con González si hay un millón de dólares de por medio.

Según los mexicanos, la fecha no es ningún obstáculo y estarían dispuestos a medirse frente a cualquier rival, por una bolsa menor a las aspiraciones millonarias. 

Mientras esto ocurre por los lados de las Américas, en tierras asiáticas quien se mantiene a la expectativa es el tailandés Srisaket Sor Rungvisai, retador número de Estrada en el CMB y quien fue convencido de hacerse a un lado, dejar que el pleito millonario se efectuara, con la promesa de que el ganador se enfrentará a él. 

Rungvisai los conoce a los dos. A González lo derrotó en dos ocasiones, una de ellas por antes del límite, y con Estrada perdió precisamente el título de las 115 libras.  

martes, 12 de enero de 2021

 Vitín Paz, Panamá y ‘Perico’ Ortiz

 

Uno de los temas que más me apasiona, además del deporte, es la música. Esa que interpretó Armando Manzanero, Felipe Pirella, Whitney Houston, Lionel Richie, Dyango, Juan Gabriel, Yuri e inclusive Gardel y Leo Marini, pero también la que conocemos como salsa y que tiene innumerables referentes, entre ellos: Rubén Blades y Gilberto Santa Rosa. 

Así que no es extraño verme hurgar en la plataforma de Youtube de mi teléfono celular, sobre un tema u otro, además de las invariables películas sobre western, espías o de guerra y reportajes de diversos tópicos, los cuales pululan en esa herramienta digital. 

Es por ello que he desempolvado mi blog ‘Panamá en el deporte’ para escribir sobre este tema. Fue una de estas ocasiones en que tropecé con una entrevista que llamó mi atención. El músico puertorriqueño Omar Martínez, anfitrión de la página ‘Musicians Talk Music’ (algo así como músicos hablando de música), conversaba en dos tiempos con el maestro boricua Luis ‘Perico’ Ortiz (https://www.youtube.com/watch?v=gek788axNGo), como diríamos en deportes, toda una leyenda de la música en el mundo. 

Eso de que es toda una leyenda universal no son majaderías, ya que Luis ‘Perico’ Ortiz no solo es amante de la música de salsa, sino también de la clásica, del jazz y del latin-jazz, pasión y dedicación que le ha hecho ganar múltiples premios como arreglista, productor y músico. 

Escuchar a Luis ‘Perico’ Ortiz contar sus anécdotas, sus sueños y su filosofía de vida, fue para nosotros toda una experiencia, no solamente porque en algunas de las cosas coincidíamos, sino por la calidad de ser humano que es. 

Cada uno de sus consejos o enseñanzas descritas en esta entrega fue aleccionador y por ello coloqué la dirección digital de ‘Musicians Talk Music’, por si alguien se anima a escucharlo, además de que es recomendable y de justicia poner la fuente de donde obtienes los datos para una nota. 

Pero, vayamos a lo concreto. Omar Martínez se tomó el tiempo para llevarnos de la mano por la que ha sido la vida artística de ‘Perico’, en la que incluyó su paso por Panamá y de la experiencia vivida en otro momento con el maestro de la trompeta, el panameño Víctor ‘Vitín’ Paz.

 No reseñaré todos los aspectos, pero sí los que me parecieron los más interesantes y que es una muestra del cariño que se siente por lo nuestro. 

Como diría Omar: ‘El que da cariño, recibe cariño’.


“(En Panamá) toqué para todo el mundo, para todos los presidentes habidos y por haber, para el pueblo, aprendí a conectarme con gente (…). El amor que tengo por ese país es demasiado especial. Los quiero mucho a todos (…), pero Panamá tienen una conexión muy cercana”, dijo. 

A mediados de los años 80, ‘Perico’ grabó en la capital panameña la canción ‘Pueblo Pueblo’, un vídeo que por algo más de seis minutos muestra algunos sitios emblemáticos de la ciudad capital, como el Hipódromo Presidente Remón, el Puente de las Américas, el Cerro Ancón y algunos populosos barrios. 

Según el maestro boricua, ‘Pueblo Pueblo’ fue uno de los primeros vídeos de salsa que se grabaron. 

Omar Martínez, músico del conservatorio puertorriqueño al igual que Ortiz, se apoyó muy bien en inquietudes y preguntas hechas por algunos de sus colegas, una de ellas fue sobre su relación con Víctor ‘Vitín’ Paz. 

“Vitín se convirtió en un gran aliado. Un gran amigo, un gran compañero, realizamos decenas de grabaciones juntos, fuimos compañeros durante la Fania All Stars (y) fue maravilloso”, expresó. 

Ortiz precisó que conoció a Paz en un concierto en la ciudad de Nueva York, donde se había instalado tras mudarse de su natal Puerto Rico, en la que el director de la orquesta era Armando Boza. 

“Voy donde Boza y me identifico y me dice: ´siéntese al lado del maestro’, y le pregunto ¿quién es el maestro?, aquí está todo el mundo, y me responde: ‘ese señor alto que está allí, Vitín Paz”, recordó ‘Perico’. 

“Nunca vi a Vitín calentando, él decía que estaba contratado para tocar y no para calentar. Él calentaba en su casa y cuando llegaba hacía dos o tres notas de ajuste y a tocar. Nunca vi a Vitín fallar, nunca”, expresó. 

‘Perico’, bautizado así por Ismael Rivera, dijo que fue en varias ocasiones invitado por Paz a las grabaciones con luminarias estadounidenses como Liza Minelli, Dizzy Gillespie, Frank Sinatra y Ella Fitzgerald. 

"Llegaba con él y estaba la orquesta lista, el productor, el ingeniero, el arreglista, todos, todo mundo sentado, y la silla de la primera trompeta vacía, esperando por él. No había nadie que se atreviera a sentarse en la primera silla, cuando el que estaba llamado, era él, ese era la clase de respeto que había hacia Vitín Paz”, puntualizó. 

Afirmó que Vitín, quien organizó el sonido y estilo de Tito Rodríguez, Machito y de Eddie Palmieri, entre otros, “es una de las grandes glorias del mundo de la trompeta latinoamericana”.

Espero que esta primera nota, tras una prolongada pausa, les guste, aunque no tiene que ver con la materia de este blog. 

sábado, 1 de noviembre de 2014

Se esfuma una medalla, pero hay opciones

La ausencia del velocista capitalino Alonso Edward en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz es el golpe nocivo más certero que podría dársele a nuestra real posibilidad de obtener una presea dorada en esa competición.

Tras su brillante participación en la Liga de Diamante y en otras competiciones de alto nivel del atletismo internacional en 2014, Edward se convirtió en la mayor esperanza istmeña en los Juegos de Veracruz de escuchar las glorias notas de nuestro himno nacional.

No obstante, también hay que pensar en la salud del atleta. Y no lo digo por la supuesta lesión que pudiera tener sino en el hecho de que Edward ha bregado muy duro para lograr objetivos importantes en su carrera deportiva que, sin lugar a dudas, ha logrado cumplir algunos de ellos este año.

Edward es un profesional del atletismo y, por ello, tiene metas mucho más allá que una presea en Veracruz.

En esa línea, sus objetivos podrían estar dirigidos hacia los Panamericanos, si es que no chocan con su cartera de competición, y definitivamente que los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en materia de actividad regional. Lo demás va por añadidura.

Si esto es criticable o no, está en cada uno pensar lo que desee.

En mi opinión, tiene todo el derecho de dirigir su destino como mejor le parezca, pero hay una cosa cierta. Y es que cada atleta que recibe una ayuda económica por parte del Estado; es decir, dinero de los impuestos que pagan los panameños, está en la obligación de cumplir con una agenda de actividades.

En este sentido, debe participar en las competiciones regionales porque para ello se le concede un subsidio económico.

Ahora bien, creo que a ninguno de ellos se les ha hecho firmar una carta de compriso en esa dirección, más allá del compromiso que se abroga el gobierno a través de Pandeportes de brindarles ese apoyo económico.

Esa situación ya se vivió con el hoy retirado saltador Irving Saladino, quien solamente participó en competiciones regionales (Juegos Centroamericanos, Juegos Sudamericanos) para calibrar su potencial tras una lesión, después de que obtuviera el título mundial y luego el de campeón olímpico.

Pero sigue habiendo alternativas. Edward está en todo su derecho de no asistir a Veracruz, para salvaguardar su integridad física y porque merece un descanso.

Ahora, esta situación no lo inhabilita para que se le organice en Panamá un encuentro técnico con entrenadores y atletas para que brinde sus conocimientos y experencias, que sin duda tiene de sobra.

Es el mismo caso de Saladino, quien hasta ahora no conozco de alguna iniciativa dirigida hacia el mismo asunto con los técnicos y atletas locales.

En síntesis, es muy probable que hayamos perdido una medalla dorada en el puerto mexicano de Veracruz, pero no puede pasar lo mismo con nuestra inversión. Así es que, más temprano que tarde, a calzarle los zapatos y gafas de docentes a Edward y Saladino y que salgan a enseñar, que mucho falta que hace.

miércoles, 20 de agosto de 2014

El Loco que abarrotó la Arena

Revisaba un cuaderno de apuntes en forma rápida, mientras esperaba el Metro en la estación de San Miguelito, cuando mis ojos tropezaron con un nombre de Ricardo “Loco Loco” Bennett.

Vea usted, pensé. En forma inexplicable, había puesto el nombre de uno de los boxeadores más excitantes que tuvo el boxeo istmeño, entre las década 70 y 80, en unos apuntes que trataba otro tema.

La verdad es que, en ese momento, no quise abusar de mi memoria para explicarme la situación. Primero no estaba en el lugar adecuado, y segundo, porque a los pichón de investigadores a veces nos suele ocurrir. Con ello, trato de cumplir con la premisa de uno de mis profesores de periodismo, que aconsejaba escribir rápidamente y donde fuere, las ideas que se nos ocurrían de manera inmediata, porque era muy probable que más tarde no lo íbamos a recordar.

Hablando de memoria. Los casi diez minutos que demoró el Metro en cubrir la ruta de St. Michael Jr. a la estación de la Virgen del Carmen, en Vía España, fueron más que suficientes para recordar al amigo Ricardo Bennett.

¡Qué tiempos aquellos! Jamás el boxeo panameño volverá a vivir una época como las que tuvo en esas dos décadas.

Es cierto, hubo otras muy buenas, con púgiles de gran cartel y que con solo mencionar sus nombres, se escuchaban exclamaciones de admiración. Pero, ¿veinte años de “mongo y más mongo”, con calidad de exportación? No.

Bueno, de esa época es el afamado Bennett.

El otrora “Loco Loco” es el púgil que más público ha llevado hasta ahora  al  coliseo de la Calle Sexta (Arena de Colón), cuando a finales de los años 70 enfrentó al "Toro” Ulises Morales.

En una ocasión en que visitamos la Arena de Colón, coincidimos con Ricardo y recordó esa noche y, por cierto, se ufanó de ser el “hombre récord” del boxeo colonense.

Palabras más, palabras menos, recordó esa noche, aunque no creo que hayamos hablado del resultado de la pelea, que perdió por decisión frente al corajudo púgil capitalino.

- “Estaba consciente de que estábamos rompiendo un récord esa noche en la Arena”, me dijo.

- Espera un momento, le interrumpí. ¿Cómo es posible que supieras, si no fue hasta que terminó la cartilla en que se conoció cuántas personas entraron a la Arena?, lo cuestioné.

- “Porque cuando iba saliendo de los camerinos sentí ese fogaje que había afuera, y pensé: es un lleno completo”, me respondió mirando fijamente.

¿Guat? No le creí, pero en ese momento solamente sonreí y guardé silencio.

- ¿Crees que fuiste uno de los mejores boxeadores de Panamá?, le pregunté.

- "La verdad es que sí. Sé que no llegué a campeón mundial, pero me fajé con los grandes y ganando o perdiendo, siempre defendí la plata de los apostadores", me dijo muy convencido.

- ¿Te acuerdas la pelea que hice con el (Aquilino) "Dimar" Asprilla?, me preguntó. "Qué peleón y aunque perdí, me fajé como los buenos y estuve a punto de ganar", me dijo.

Sí, realmente el Loco Loco Bennett fue uno de los grandes del boxeo istmeño.

¿Qué no ganó titulo mundial alguno? Es cierto, pero les aseguro que tuvo mucha más categorías, agallas y clase, que algunos de los que sí lo lograron.

El viaje en el Metro lo percibí largo o ¿corto? Eso no es importante,. Lo fue el hecho de que tuve la oportunidad de acordarme de mi amigo Bennett.


viernes, 8 de agosto de 2014

Doña Chefa y los empujones en el Metro

¡Carajo! La expresión fue contundente. Tanto fue su efecto, que la chiquilla uniformada que escuchaba una estruendosa música desde su celular Android (¿o era Iphone?) se quitó los auriculares del oído para saber lo que pasaba.

La verdad es que yo también puse atención a lo que ocurría. Como estaba a unos pasos de la señora que había soltado la expresión, pude escuchar parte de su monólogo cuasi enojado que le dirigía a....nadie en particular y, quizás, a todos los que estábamos cerca de ella en el amontonado Metro.

"No es suficiente tener que compartir olores, pisadas, sino que también quieren sacarlo a uno del poste", mascullaba la pequeña señora, aunque algo robusta, que me dio un aire a la "abue Chefa" de la Calle 6. Llegué a entender lo que acontecía en la siguiente estación donde se detuvo el moderno "Caballo de hierro".

El Metro estaba rebosante de gente, pero mucho más la estación donde se detuvo. El "apretujón" que se registró para salir solamente fue comparable con el que se dio para entrar. No importa que el Metro esté pasando cada cuatro o cinco minutos, los usuarios quieren irse en "ése" precisamente. Fue entonces que verdaderamente se formó el "revolcón" que pregonaba don Salvador.

"Vuelve la vaina", volvió a vociferar doña Chefa (bueno, la verdad es que jamás supe como se llamaba). En esta ocasión, ya estaba muy cercano a ella. El asunto, aparentemente, no eran los empellones, los intercambios de humores, los incómodos bolsos de las damas, etc., etc. No, el asunto era otro. "Doña Chefa" se aferraba, como si fuera una tabla de salvación, al tubo de metal que estaba en medio del pasillo.

Algunos de los tubos, para quienes jamás se han transportado en el Metro, no son de una sola pieza como las que usan las vedettes del "table dance" sino que se dividen en tres partes para dar oportunidad a que una mayor cantidad de personas puedan sujetarse. La vaina es que la operación de desalojo, primero, y luego de entrada de los usuarios es digna de una película, donde el pánico y  el "corre corre" son los principales ingredientes.

Doña Chefa tenía su mano enrojecida de la fuerza con que sujetaba el tubo y la verdad es que si no hubiera sido por ello, el mar de gente que se movió a su alrededor en esos pocos segundos, la hubieran llevado, tal vez, hasta "pisar lona". Pero, por suerte, las cosas no pasaron a mayores.

¡Vea!. Tenía toda la intención de hablarles hoy sobre la despedida de las pistas del "Canguro" Irving Saladino, debido a que jamás pudo recuperarse de una lesión en una de sus rodillas, pero me entretuve con doña Chefa.

 Y es que la noticia se dio precisamente en medio de los "apretujones" en el Metro.

Bueno será en otro momento. Por suerte, esta herramienta digital es igualitica que el papel, lo aguanta todo.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Que tengas suerte, Ñato Brizuela

Ayer me enteré de la muerte del Ñato Brizuela. Bueno, ayer me enteré, pero en realidad su fallecimiento se registró hace un par de años aproximadamente. Coincidí en el Metro con un amigo en común y me comentó sobre su deceso; fue encontrado desmayado una mañana en una de las bancas del viejo parque de Santa Ana, pero en realidad había dejado de existir.

Conocimos al Ñato Brizuela cuando aún existía el gimnasio de El Marañón, en el lugar donde hoy queda el Mercado del Marisco. Era un viejo simpaticón, que vendía pendejaditas en las calles cercanas al Barrio Chino y entre las once de la mañana y las 12.30 de la tarde se "arrimaba" a ver los entrenamientos en el viejo hangar.

Un día se me acercó y después de intercambiar saludos, me dijo. "Carajo, cómo esta muchachada de pelaos me recuerdan mi época de gallito de pelea". La verdad fue que en ese momento supe que el Ñato Brizuela había sido boxeador, aunque su maltratado físico parecía más bien el de una figura del pancracio, de la lucha libre.

Es más, Brizuela ni era ñato, ni se llamaba así, aunque realmente nunca conocí su verdadero nombre. Una vez me contó que tuvo que cambiárselo porque su abuela, quien lo estaba criando junto a otros cuatro escuincles, se había enterado de su amor por las trompadas y le advirtió que se "dejara de esas vainas" (palabras más, palabras menos) o conocería realmente a quien le pesaban "las manos".

La verdad es que nuestro amigo tuvo una carrera poco exitosa y algo efímera en el negocio de las "narices chatas" y "orejas de colifor", pero no fue por Ma'Linda, como llamaba a su abuela, sino porque muy temprano se enteró de que el boxeo es ingrato, y no es para todo el que sueña ser algún día campeón del mundo.

Sus andanzas por los afamados cuadriláteros no sumaron más de diez encuentros, aunque tal vez fueron menos, todos en un año y siempre acompañado por su entrenador apodado "Piñata", un señor bajito y panzón que siempre le decía que llegaría a ser campeón del mundo, como Jack Johnson o Jack La Motta, o un ídolo como José Lombardo o Ismael Laguna.

"Siempre me decía antes de que tocara la campana, 'Que tengas suerte, Ñato', ese era su pregón", recordó en una ocasión mi avejentado amigo.

Pero su retiro se dio mucho antes de que se cumplieran las expectativas de "Piñata" y del propio "Ñato". "Una vez estaba esperando mi turno para salir a pelear, cuando llegó mi entrenador y me dijo que la función la habían suspendido, después de cumplirse los primeros cinco encuentros.

¿Pero porqué?, le pregunté. "Solamente habían dos pares de guantes y de segunda, tú sabes como son estas vainas, y al llegar a la quinta pelea, casi los pelao's se estaban dando de pescozones con los nudillos, así es que suspendieron la función, y como yo no pelié, no me dieron el peso que siempre daban", me explicó.

Pero eso no fue lo peor que le sucedió al Ñato y que lo hizo retirarse.

En otra ocasión, recordó que estuvo en una pelea importante. "Lo supe porque "Piñata" me dijo que habían apuestas; yo venía de dos victorias y el otro estaba invicto. Antes de que el árbitro nos llamara, mi entrenador me tomó del hombro y me dijo: 'Que tengas suerte, Ñato'.

"La pelea estuvo bastante pareja en los dos primeros asaltos, pero en el tercero logré conectarle un gancho y lo senté. Mira tú, el árbitro lo ayudó a pararse porque dijo que fue un resbalón. Fue algo increíble, la gente estaba pegada al ring, gritaban de todo y algunos nos tiraban cosas", prosiguió mi locuaz amigo.

"Volví a conectar al 'buay' y se volvió a caer; el árbitro comenzó la cuenta, pero como en cámara lenta, y cuando iba por siete...¡zuápatela! se fue la luz. "Piñata" me sujetó el brazo y me dijo que no me moviera, y cuando volvió la luz, todo estaba revuelto, y el otro pelao estaba fresco como una lechuga en su esquina".

"La gente, yo creo que echaba hasta espuma por la boca, aunque podía ser que no viera bien por el humo que había en todo el gimnasio. Todos pedían la decisión, unos gritaban mi nombre, otros coreaban a mi adversario. Pasaron varios minutos, en los que el árbitro bajó del ring a consultar a la mesa principal, y mientras tanto, "Piñata" me secaba y me secaba con un pedazo de toalla".

Pero espera Ñato, le interrumpí, ¿todo eso pasó en realidad? "Y, más", me respondió abriendo "inmensamente" sus ojos.

"El árbitro subió y me miró, y luego se dirigió a la esquina del otro muchacho y le levantó los brazos", me dijo.

¿Guat? Eso es mentira, le dije de sopetón. Tienes la imaginación digna de un escritor, le señalé.

El Ñato se me quedó viendo, abrió los ojos, y luego hizo un ademán como de persignarse, pero antes de terminar la acción, la suspendió en el aire.

"Mira, eso lo viví en carne propia", me espetó. "El árbitro le levantó el brazo al pelao ese, y luego bajó rápido del ring y...se formó la de San Quintín. Piñata me jaló por un brazo, cogimos la bolsa de mi ropa y salimos vola'o del gimnasio", culminó la narración el Ñato.

¿Y que pasó después?, le pregunté, resignado al hecho de que me estaba tomando el pelo. "Como que ¿qué pasó? No te dije que me retiré, pues".

A decir verdad, nunca le creí ese cuento ni otros tanto que me "echó", mientras veíamos las prácticas en el Pascual Ciela González de El Marañón.

Después llegó la invasión, ¨Pan de Dulce a la presidencia y la desaparición del vetusto gimnasio, que con ello se llevó centenares de historietas similares a las del Ñato Brizuela.

Jamás lo volví a ver y como les digo, nunca creí una sola palabra de esos cuentos, aunque siempre los escuché atento, porque además de entretenidos, eran contados por un señor mucho mayor que yo, y a los señores mayores se les respeta, y si es una dama, doblemente. Eso me lo enseñaron mis padres.

Cuentos o no, fue lo primero que llegó a mi memoria, cuando el amigo en común me volvió a hablar del Ñato y de su partida hacia lo desconocido. Sonríe para mis adentros.

Al bajar del Metro, al despedirme de mi amigo, la mente me traicionó, y le dije: "Hey Ñato, que tengas suerte".