Los fanáticos y entendidos están a la expectativa sobre el nacimiento de una nueva liga de béisbol profesional en Panamá. El torneo, según unos primeros apuntes, iniciaría en el mes de diciembre con la participación de peloteros locales y foráneos.
La posibilidad de que Panamá vuelva a contar con béisbol profesional es a todas luces positiva, ya que podría consolidar la carrera de muchos de nuestros peloteros que se encuentran en las categorías menores de la pelota rentada estadounidense.
Los campeonatos de invierno de República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela y Colombia han permitido que muchos de los jugadores oriundos de estos países, completen el desarrollo que cada uno de ellos necesita para su formación. Este tipo de competencia les permite trabajar sobre puntos débiles en su defensiva u ofensiva, además de que los mantiene en actividad, aspecto importante en un pelotero novato.
Después de casi 30 años de béisbol profesional –entre las décadas del 40 y el 70- Panamá no pudo realizar más un torneo de características similares y, si bien en dos oportunidades buscó hacerlo, diversas circunstancias se confabularon para que no pudieran concluir con éxitos.
Es por ello que quienes intentan abrazar una aventura tan costosa como esta, deben tener claros los aspectos que llevaron al fracaso a estos dos nuevos intentos, sobre todo el último en 2001-2002, a pesar de que entusiastas empresarios y grandes consorcios lo estuvieron respaldando hasta el final.
No es cierto de que el público se volcará a los estadios como lo hace cada año para los campeonatos nacionales de béisbol mayor, por lo que será necesario un muy buen plan de mercadeo para atraerlos a los estadios, más allá del simple hecho de que una vez más se tratará de introducir la pelota rentada en este país.
Pero este plan tendrá que conjugarse también con un muy buen trabajo al momento de la escogencia de los peloteros, tanto locales como extranjeros, para garantizar excelencia beisbolística, renglón muchas veces pregonado por los organizadores, pero muy pocas veces cumplido.
Es decir, que el fanático indudablemente respaldará la iniciativa y el esfuerzo de los empresarios, pero éste sólo se irá incrementado en la medida en que los peloteros muestren arrojo, entrega y sobre todo calidad y que la competencia demuestre estar muy por encima del nivel técnico que se ve en los campeonatos nacionales.
Como decimos, la aventura será onerosa pero el esfuerzo plausible, por lo que ojalá ninguno de los involucrados trate de mostrarse como es el más conocedor en la materia y eche a la calle tanto esfuerzo.
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