miércoles, 19 de junio de 2013

Al borde del abismo

Ese fue el título que utilizó el miércoles 19 un diario local para describir lo que acontece con la selección panameña de fútbol y sus posibilidades de entrar entre los tres grandes directos al mundial de Brasil 2014.

Dos derrotas consecutivas (Estados Unidos y Costa Rica) por el mismo marcador (0-2) y apenas un punto en los tres últimos cotejos (México, 0-0), echa por tierra cualquier posibilidad de encontrar la clasificación a la vuelta de la esquina y urge ganar los cuatro encuentros que aún faltan en este hexagonal.

A Panamá le esperan a partir de septiembre, encuentros frente a Jamaica y Estados Unidos, como anfitrión, y otros dos ante México y Honduras, como visitantes.

Si bien los seis puntos que se han obtenido aún posibilitan la clasificación de manera directa, es necesario hacer algo dramático para lograr esa opción.

Tras el inicio de lo que podríamos llamar la segunda etapa del hexagonal, cuando Panamá aparecía de líder con cinco unidades, pensamos y así lo sostuvimos, que era necesario aprovechar la aparente incertidumbre en que se encontraban las selecciones de México y de Estados Unidos para, por lo menos, sacarles un punto a cada uno.

Los mexicanos, lejos de presentarse como uno de los grandes de la región, estaban pasando por una grave crisis de contundencia, mientras que el técnico de los estadounidenses, el alemán Jürgen Klinsmann, parecía no encontrar aún un equipo con qué sentenciar la clasificación.

Pero, frente a estas posibilidades también se presentaban otras circunstancias que, definitivamente, debían tomarse en consideración. Y era la situación de la selección istmeña, cuajada de jugadores con grandes cualidades, pero tomados muy poco en cuenta por parte del técnico Julio Dely Valdés, a pesar de su temprana convocatoria.

Efectivamente, se pudo sacar en casa un punto ante el inestable equipo de México, pero poco se pudo hacer frente a un Estados Unidos que demostró que si bien aún no estaba en su mejor momento, sabía sacar provecho de los errores de sus contrarios. Y, en este aspecto, Panamá le brindó todas las oportunidades.

Desde el pitazo inicial, Dely Valdés mostró muy poco entusiasmo hacia la victoria, alineando a futbolista que frente a los mexicanos habían demostrado que estaban para los "leones".

Frente a Costa Rica volvió a insistir en alinear a Luis Tejada, que está hace mucho tiempo está divorciado con las redes, y al errático Armando Cooper.

No obstante, al igual que el encuentro de la noche del martes en San José, ese es otro clavo del pasado.

Realmente sentimos que Panamá cuenta con los elementos técnicos y tácticos para ir aún por la clasificación, pero son fichas que cual juego de ajedrez deben ser colocadas de manera inteligente y en el momento adecuado, no a caprichos y circunstancias del técnico.

Habrá un impase de dos meses y, entre ellos, la Copa Oro en Estados Unidos, tiempo y espacio suficiente para cavilar sobre lo que se está haciendo y pensar que la Selección no es propiedad de un grupo ni mucho menos del técnico que la dirige, y por ello se hace obligante dejar el paternalismo que ha caracterizado la gestión de Dely Valdés a un lado, y jugar con mucha mayor frialdad.

Es cierto, aún faltan muchos minutos por correr antes de quedar fuera de toda posibilidad de ir al Mundial de Brasil, pero a Panamá se le han agotado casi todas sus opciones, que lo ha colocado...al borde del abismo.

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