La proliferación de organizaciones boxísticas han hecho que esta actividad se haya convertido en un verdadero hazmerreír. Campeones por doquier de una u otra división sin ningún tipo de calidad, salvo las que les permitió ser monarca mundial por un mes, dos o a lo sumo seis, bueno, tal vez un poco más, han llenado de una mediocridad incalculable un negocio que una vez encumbraron a los Rocky Marciano, Henry Armstrong, Muhammad Alí, Joe Frazier y otros pocos.
La mediocridad ha hecho que un joven rebelde como el estadounidense Floyd Mayweather sea considerado el número uno del mundo, a pesar de que pasa más tiempo metido en problemas intrafamiliares que en el gimnasio, y que un veterano de mil batallas como el filipino Manny Pacquiao siga encumbrado, a pesar de que sus mejores años han pasado.
Ese es el boxeo de ahora. El que tiene de campeón a boxeadores tan mediocres como el ucraniano Vladimir Klitschko o el mexicano Julio César Chávez hijo, y que mantiene aún en actividad a púgiles que por su edad debieran estar cuidando a sus nietos, tal es el caso de Roy Jones Jr. y Bernard Hopkins, por citar solo dos.
Ese es el boxeo de la actualidad. Aquél que señaló al británico Amir Khan como uno de los encumbrados, pero que en la primera de cambio se perdió en el mar de golpes de su oponente.
"Khan estaba ganando", me dijo un amigo; otro me señaló: "merece una revancha". La verdad es que la primer afirmación no es cierta, porque antes de que el árbitro detuviera el encuentro, Khan estaba a merced de su oponente, en tanto que el otro mandato de un nuevo combate, la verdad es que aunque no se lo mereciera no hay la menor duda de que la obtendrá.
La misma oportunidad que ha llegado a tener en varias ocasiones el boricua Miguel Cotto o el mexicano Juan Manuel Márquez, y esto es solo porque el boxeo de hoy está inundado de mediocridad y de voraces promotores que solo esperan escuchar sus cajas registradoras sonar, no importa si para ello deben de estafar una vez más a los incautos que organizan "party" en sus casas en la fecha de los llamados "mega" encuentros.
Lea la lista de clasificaciones de las diferentes organizaciones de boxeo. Es la mejor prueba de que el pugilismo se está yendo al despeñadero desde hace mucho tiempo. El negocio que siempre ha significado el boxeo, es hoy día mucho más voraz que hace unos 30 años. En aquella época apenas existían el Consejo (CMB) y la AMB y buscaban su espacio la OMB y la FIB, cada uno de ellos buscando proyectar a sus campeones mundiales en sus diferentes mercados.
Actualmente, siguen existiendo las mismas organizaciones, dicen ellos que consolidadas. Pero para ello, no satisfechos con las 17 divisiones que crearon, ahora es permanente la figura del "Campeón Interino", o la del "Campeón de Plata" o la del "Súper Campeón" o la del "Campeón en receso", todos en un mismo menú, como una ensalada.
Es decir, que es muy probable que en una noche de boxeo en cualquier lugar del mundo, se pudieran estar disputando el súpercampeonato, el título interino, el campeonato de plata o sencillamente el título del mundo de una misma división y de una misma organización. Todo por la misma plata.
En ese mundo es que está encriptado los púgiles como Amir Khan, un boxeador con una mediana calidad boxística que un día se encontró un título, pero que en sus dos últimas actuaciones no pudo retenerlo.
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