miércoles, 26 de mayo de 2010

Un proyecto ambicioso y abarcador

La comisión técnica del Comité Olímpico de Panamá (COP) presentó en una conferencia de prensa, el plan técnico que desarrollarán en conjunto con las federaciones deportivas que asistirán a los Juegos Deportivos de Mayagüez 2010, con el objeto de cumplir un ambicioso y abarcador proyecto con miras a la competencia regional.

El plan, llamado “Proyecto Mayagüez 2010”, fue elaborado por el profesor Pedro Aguilar y un grupo de colaboradores, con la intención de acabar de una vez por todas con las improvisaciones en los planes de entrenamientos de quienes deben ir en óptimas condiciones a una competencia de alto rendimiento.

Según explicó Aguilar, la idea no es solo observar el plan de entrenamiento del equipo de boliche, que desmejora su rendimiento tras completar las primeras pruebas en las competencias a las que han asistido, sino también al seguimiento técnico-científico que se les debe dar a los deportistas que irán a Mayagüez, incluyendo aquellos de alto rendimiento.

A nuestro parecer la preocupación es válida y oportuna, y no solamente por el hecho de “echarle” una mano a quienes son los responsables directos del trabajo de los atletas, como lo son los entrenadores, sino también porque muchos de ellos, y lo digo con mucho respeto, adolecen de una preparación académica y técnica al nivel que necesitan los atletas panameños.

Algunos han adquirido sus conocimientos de manera empírica y otros, que si han logrado sus conocimientos a través de estudios y experiencia, es posible que no estén actualizados por diversos motivos.

Ahora bien. También es posible que el profesor Aguilar y sus colaboradores no estén conscientes de algún detalle particular en una disciplina u otra, y ese compartir de conocimientos y experiencias también les serviría a ellos porque siempre en este tipo de intercambios se obtiene algún aprendizaje.

El “Proyecto Mayagüez 2010”, que con tanto fervor han trabajado los técnicos del Comité Olímpico de Panamá, debiera servir para unificar los criterios que en esta materia existe en el deporte nuestro. Estoy convencido de que este documento, de unas 30 páginas, no está escrito en piedra y mucho menos está completo, y es por ello de que la participación de los entrenadores de las diversas disciplinas deportivas será de mucho provecho.

He dejado para los últimos comentarios al Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes), cuyos directivos están empeñados en seguir adelante su propio “plan de entrenamiento”, en sus terrenos y bajos sus propias premisas, principalmente y aquí deseo parafrasear al señor presidente, Ricardo Martinelli, cuando dijo “Quien pone la plata, pone al técnico”.

Nosotros estuvimos presentes en la reunión entre la comisión técnica del COP y los miembros de la Dirección Técnica de Pandeportes hace un par de semanas, y en el poco intercambio de opiniones que hubo sobre los aspectos técnicos, el mismo fue iniciado, documentado y sustentado por el profesor Aguilar. Es decir, que la contraparte casi fue un mero espectador y aunque en algunas ocasiones afirmaron tener su propia documentación, jamás la presentaron.

Ahora, la idea al mencionar este hecho no es para criticar esta acción, porque es muy posible que sencillamente no quisieron mostrar sus cartas en esa oportunidad, sino para llamar la atención, y esto sí es criticable, de que nuca más hicieron gestiones para volver a reunirse con sus pares. La impresión mostrada es que ellos se bastan por sí solo y eso realmente no es así, aun si lo “sustentan” los amanuenses citadinos que nunca han hecho nada por el deporte panameño.

Pandeportes tiene un equipo de trabajo, tanto administrativa como técnicamente, relativamente nuevo, donde el ímpetu y el deseo de demostrar cuán preparados están para llevar adelante el proyecto solicitado por el señor Martinelli, son su mayor carta de presentación. Y esto me parece muy bien, pero si le añadieran a estas características el deseo de aprender de quiénes más conocen de la materia, tendrían un espectro del deporte panameño más amplio y su tarea fuera mucho más fructífera y efectiva. Ese es el camino correcto.

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